Todas las estrategias, independientemente de la etapa lectora a la que vayan dirigidas o de los objetivos concretos que se persigan, están apoyadas en el juego y en la interiorización:
— El juego, entendido en su sentido más noble, que da posibilidad al niño de situarse en otro plano de actividad, donde puede asumir unos roles, aceptar unas reglas y repetir la acción tantas veces como quiera.
— La interiorización, facilitada por el encuentro previo y personal con el libro, que le puede aportar momentos de reflexión y posibilidad de diálogo consigo mismo. Incluso cuando aún no saben leer, hay que procurarles ese tiempo de intimidad para que la narración, la ilustración o la poesía les impregne individualmente.
De lo anteriormente expuesto se deduce la necesidad de destinar un tiempo al encuentro personal con el libro y otro tiempo a la puesta en común con los demás participantes, en este juego educativo de las estrategias, en el que la expresión y el diálogo de las diferentes lecturas de un mismo libro puede enriquecer las lecturas individuales y aportar distintos puntos de vista.
Sección coordinada por Quica Ripoll
y María Dolores Aguayo