Lectores y libres

Sábado por la tarde. Tarde de invierno, una de esas triste, fría y lluviosa. Mi sofá se encuentra “okupado” por una preadolescente que come chuches. No han servido de nada mis intentos de hacer algún plan fuera de casa. “¡Ufff, con este tiempo…! Y seguro que pretenderás que vayamos en metro… ¡Qué pereza!”. Así que…

El orden de los factores

“Hay tres cosas que cada persona debería hacer durante su vida: plantar un árbol, escribir un libro y tener un hijo”, recomendaba el poeta cubano José Martí. De esas tres cosas yo solamente he conseguido, por ahora, hacer una: tener hijos. No es que las demás no me parezcan importantes, pero es difícil, en pleno…

Ángeles, clásicos y bibliotecas

“La cámara se desliza por la enorme sala de lectura abierta, asciende por las escaleras y se asoma al impresionante espacio vertical desde las pasarelas superpuestas que flotan como los palcos de un auditorio. La gente hormiguea bajo la luz cenital, entre los bloques paralelos de estanterías, cargando pilas de libros pegados al vientre. O…

Los valores de los libros

Lo último que hago antes de dormirme cada noche es leer. También era lo último que hacía con mis hijos, y ahora, con mis nietos. Eso, antes de apagar la luz y desearles que sueñen “con los angelitos y con…”. Evidentemente, el “con…” se corresponde con lo leído: piratas, hadas, héroes y un amplio repertorio…

El libro olvidado

Tengo la casa llena de libros. No hay ninguna habitación de mi casa sin libros. En general, se puede decir que están ordenados por materias, pero no del todo; tal vez porque una de las cosas que más me gusta es pasear la mirada por ellos y descubrir de pronto algún intruso o alguno del…

Más allá de la portada

Sin darme cuenta, al contemplar un cartel mientras voy paseando, me viene a la memoria una novela de ciencia ficción, Farenheit 451. Escrita por Ray Bradbury, se publicó por primera vez en 1953, y presenta una sociedad en la que los libros están prohibidos y existen “bomberos” que los queman. El bombero protagonista empieza a…

Nuevos vecinos

Tenía yo unos 10 años más o menos. Lo cierto es que en mi casa no había muchos libros. Entonces la literatura infantil y juvenil no tenía el auge que tiene hoy en día. Había tebeos, eso sí, pero pocos libros y no al alcance de todas las economías. Se mantenía la costumbre, que ahora…